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CAPITAL 2

Adentrándome en el método de recurrir a bases de entendimiento sin tener que llegar a mencionar más alla que lo importante decidí hacer 16 cuentos nuevos. Bajo el mismo título solo que secuela. Comenzando por los cuatro elementos de la naturaleza, luego cuatro encuentros cn lo femenino, pasando por cuatro filosofías hasta llegar a palabras buscadas al azar en el diccionario de símbolos, compuse el repertorio de esta obra. Con una maduración con respecto a lo anterior y cada vez adquiriendo habilidad.

Publicada en el 2023 por Sultana del Lago Editores.

Sitio web de Sultana: https://sultanadellago.com/

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Portada de Capital 2 de Pedro Massaroni
Portada de Capital 2 de Pedro Massaroni
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UN CUENTO

Fiesta

            En la fiesta cree haber soñado este momento en particular. Creer que se soñó algo y recordarse de algo que se sueña son dos cosas diferentes. Él había soñado este momento y luego lo vivió de nuevo, despierto, pues ya lo había vivido en el sueño. Sin poder explicarlo no entendía qué pasaba. Sería apropiado decir que estaba confundido, pero para este caso el estaba claro de lo que significaba, o tenía una primera idea.

Sus sueños habían develado la situación en la que se encontraba con preciso detalle. Él estaba tranquilo, por ahora la fiesta marchaba bien; en la noche nada había interrumpido el placer. El gozo estaba acompañándolo en cada acción. Incluso recordaba el momento que soñó y no le traía ninguna mala vibra, pero estaba cambiando en algo. No había pérdida en sus quereres. Hasta entonces había estado rodeado por amigos y amigas. Nadie extraño le había hablado o molestado de alguna manera.

No fue sino hasta que se quedó solo que vio la luz estroboscópica detenidamente. Las palpitaciones de esta luz lo introdujeron en un trance. La música sonaba alto y el ambiente era oscuro. Fue en ese preciso momento que él recuerda un sueño que tuvo hace algunos días que era exactamente lo que vivía en el presente. No se acordaba del sueño hasta ese instante.

El día que lo soñó no lo recordó ni siquiera cuando se levantó.

Él siempre ha sido una persona que habla consigo misma y eso es lo que estaba haciendo. Hablaba consigo tratando de conseguir a sus amigos, hablaba consigo en sus pensamientos. Preguntar cosas al viento puede traer muchas respuestas. Más allá de darle explicaciones, fue sintiendo un desconcierto que lo abarcó. Él no era autista, eso seguro, no sufría de ningún problema mental. Como si estuviese desperdigado en mil pedazos, cada pedazo un sueño, cada momento un momento doble, se sentía separado de toda realidad. Como en otra dimensión o en un eclipse.  Como si una fuerza mayor a la de su propia vida le hubiese mostrado la verdad antes de que sucediera.

Tal vez sus amigos estaban en su cabeza, pero esto no era probable.

No tenía explicación y sus emociones lo engañaban. La sensación de haber soñado ese momento fue abrumadora. El momento pasó tan rápido, como reconocer a alguien en la multitud, como entender un chiste, como ver en la televisión a un actor conocido. No había medidas reconocibles de cómo discernir este asunto. La fiesta continuaba.

Solo su corazón sabía la verdad, es el mismo corazón para cuando se está despierto como para el que se está soñando, incluso, el mismo corazón para cuando se está muerto. Nadie le entendió cuando logró explicar con palabras lo que había vivido. Tampoco recordaba de haberlo escuchado antes. La verdad es que él sabía que ese momento no se iba a repetir, sería un error vivirlo una vez más, ese preciso momento.

La gente en el instante del suceso, nadie le prestaba atención, nadie le hablaba; él simplemente caminaba por la discoteca, hablando consigo mismo, hacia donde estaban sus amigos; la idea de que alguien lo estuviese hipnotizando o drogando, o gastando una broma no era factible.

Tal vez fue la luz estroboscópica y un asunto del manejo de la información por parte de su cerebro, pero fue tan real como un golpe. La imagen de la tarima de fondo. El DJ tocando en ella. El ambiente oscuro. Las ganas de llegar al otro lado donde sus amigos estaban. Su percepción de las cosas en ese preciso momento era lo que lo definía, por la simple razón de ser del acto. Todas las decisiones que había tomado hasta entonces, en su vida, no se igualaban a la decisión de continuar viviendo después de algo parecido. Como si la realidad fue una versión no terminada, él pensaba que esto era una falla en el sistema. Él está al tanto de sus cambios de ánimo, de sus interacciones con conceptos, de sus premisas o promesas a cumplir. Él está en gran medida conectado con su ser, y a lo mejor, este es un mensaje de su ser interior, pero aun sin saber claramente a qué se refiere este mensaje continua estando con sus amigos. No se separa de ellos. La música continúa.

Ellos olvidaron de lo que él estaba hablando. Continúan bailando y disfrutando. Ya tendrá tiempo para entender su alma y los precios a pagar en cuanto a la conciencia que se dispone, pero llega un instante de locura.

No entendía de qué manera esto era un mensaje para él, o en tal caso, alguna respuesta; era más bien como una muestra de poder, una muestra de destino. No entendía cuál fórmula tras el suceso hay, cuál droga consumir a partir de ahora en adelante, o cuál consumir para que vuelva a ocurrir. Solo había tomado unos tragos.

Empezó a dudar de todo cuando los amigos hablaban, pensaba que se referían de él secretamente, pensaba que tramaban algo contra él. Empieza después a dudar de sí mismo, como portador de luz y de una misma personalidad.

Luego duda de la dimensión en la que vive.

Todo esto en silencio. Por último duda de su próximo movimiento. Esa noche había dos fiestas. Piensa en ir para la segunda, pero no puede pensar con claridad. Tal vez fue por la tranquilidad de los días anteriores, tal vez es la agitación de estar rodeado por otras personas. Tal vez es que tiene sueño. Tal vez es que se durmió, o que durmió mal.

Deja de tomar de su trago por miedo. Ve al bartender pero está ocupado sirviendo tragos. Nadie lo mira a él. Bota sus cigarros, pues pueden estar contaminados. Ve la luna cuando sale del local. Él siempre ha pensado que la gente sí llegó hasta ahí y lo recuerda cada vez que la ve. Empieza a dudar incluso de eso, duda de la noche y del sol.

Escépticamente piensa que debería soñar más para poder investigar sus sueños. De ahora en adelante escribirá todos los sueños que recuerde, de esta manera no se encontrará en estas profundidades. Se calma y vuelve a ver la luna. Esta vez la ve por mucho tiempo. La detalla bien. Los cráteres, los relieves, su suelo. Su sueño solo fue un reflejo de la realidad, pero porque el sueño vino antes es que él estaba desorientado.

Pensaba en lo que dicen sobre cuando uno se va a morir, que ve su vida pasar frente a sus ojos, pero esto era lo contrario. Entra de nuevo y se toma otro trago. Compra otros cigarros. La noche avanza. Todo está tranquilo. La luna cambia de sitio. Sus amigos le dicen que van a la otra fiesta.

Llegan y le gusta más este ambiente, más iluminado, más personal, más íntimo. Trata de conocer a más personas. Se siente más vivo que nunca. Habla de cosas que no había hablado antes. Se cansa y le da sueño, pero se mantiene despierto. Es un investigador de la vida que vive, es parte de su existencia en la medida en la que su existencia es.

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